Por otro lado toda España está expectante ante el discurso que el próximo presidente del Gobierno hará mañana en el congreso de los diputados para su posterior investidura, un discurso que tendrá un objetivo: los recortes y por lo tanto las medidas para salir de una crisis que le hace a esta país estar sumido en un desencanto tal que pocas esperanzas puede albergar de cara a un futuro próximo. Mañana como decía, será el día donde sabremos cuantos agujeros tenemos que hacer al cinturón.
Por otro lado esta semana tuvo lugar la ceremonia de la jura de diputados y senadores que salieron elegidos en las últimas elecciones, una vez más quedó de manifiesto de manera fácilmente reconocible que personajes intentarán siquiera respetar la constitución y cuales tienen ya declarada la guerra a la legalidad, aunque se aprovechen de esa misma legalidad para ingresar un buen sueldo todos los meses. El panorama al respecto, no puede resultar más claro, nacionalistas, catalanes y vascos y diputados comunistas de I.U. dejaron de manifiesto su falta de respeto por el orden constitucional vigente y a la vez su intención de vivir de ese orden constitucional sin ningún escrúpulo, dado que no estaban dispuestos a jurar que acataban la constitución como les obliga su acta de diputado o de senador, y añadieron al juramento los más diversos matices e incluso se permitieron hacerlo en una lengua distinta a la común de todos los españoles. Dejaban a si de manifiesto lo que es de sobra conocido. No podían simplemente decir si y acatar o no y renunciar a las prebendas de un orden constitucional que odian, por el contrario tenían que optar por sumar palabras y fórmulas que rezumas elementos cínicos e incluso ridículos con tal seguir viviendo del dinero que sale del bolsillo de todos los españoles, de esa manera volvían a demostrar por enésima vez que sus intenciones procedían y no podía ser de otra manera de la calaña mas maligna.
García MOLINA
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