lunes, 2 de marzo de 2015

Comentario editorial del 01-03-15

COMENTARIO EDITORIAL DEL 01-03-15

La semana: Como siempre hemos tenido de todo un poco, muy variada en noticias, y con cualquiera de ellas podríamos hacer un comentario editorial. Pero como siempre, se hablo de unas cosas más que de otras y una de esas cosas fue el debate sobre el Estado de la Nación. Como a estas alturas habrán visto y analizado el debate y seguro que estarán de debate hasta las cachas, permítanme hacer algunas matizaciones que no es otra cosa que reflexionar  en alto. La verdad que el último debate sobre el Estado de la Nación de esta legislatura no solo resultó decepcionante sino que también inquietante. El Presidente del Gobierno demostró que sigue siendo un buen parlamentario en la forma pero en el fondo no pudo ofrecer más que medias verdades, algunas mentiras y nuevas promesas. Por su parte, el jefe de la oposición, acusó al Gobierno de una serie de males como la corrupción, el aumento del paro o la necesidad de un rescate del  que no es menos culpable  su partido que el que ahora gobierna, todo ello, por añadidura, sin concretar ninguna propuesta clara y realista que pudiera enfrentarse con esos males comunes. No es de sorprender que con ese panorama, incluso en los momentos de mayor interés del debate, la que sustituida al presidente de la cámara en esos momentos, se dedicase a jugar al Candy Crush. La realidad es que Mariano presentó un panorama falso porque España tiene más deuda, más paro, más presión fiscal y más gasto que cuando él llegó al poder y por otro lado Pedro Sánchez no apareció como alternativa, puesto que no formuló ninguna propuesta seria y al mirar a la corrupción del partido en el Gobierno  no reparó lo más mínimo en la inmensa corrupción de su propio partido. En ambos casos se exigía de los ciudadanos que cerrasen los ojos a la realidad, que solo contemplaran los desatinos en una  dirección y que creyeran en promesas de mejoras que son bien difíciles de aceptar si consideramos los conocidos precedentes del partido socialista y del Gobierno de MR. Ante semejante panorama, no sorprendería que millones de personas que entregaron su voto al PP o al PSOE hace tres años fuese un error. La verdad mientras que el PSOE no deja de retroceder frente a una propuesta radical como la de Podemos, Rajoy ha empeorado las situación económica cargando a la nación con una deuda imposible de asumir y aplastándola con unos impuestos, que para que contarles y que ustedes no sepan. Con todo, quizás ese voto de hace tres años no pasó de constituir una equivocación, comprensible en aquel entonces, sin embargo lo que constituiría un error de graves consecuencias sería mantenerse a estas alturas en esa misma equivocación sin proceder a corregirla.

Por otro lado esta semana hemos vuelto a tener otra de Zapatero y de su ex-ministro de exteriores, que se han ido a Cuba sin comunicárselo convenientemente ni al Gobierno ni a su propio partido, a confraternizar con uno de los más aberrantes regímenes de Occidente. Y aunque suene repúgnate, lo han hecho con toda conciencia de que estaban apuñalando por la espalda a su propio partido, a la UE y, sobre todo, al Gobierno y al Estado español. Pero a decir verdad la traición de Zapatero no debe de sorprendernos, ya hizo algo parecido cuando siendo líder de la oposición se plantó en Marruecos fotografiándose bajo el mapa del imperio Almohade, cuando las relaciones entre Madrid y Rabat estaban en uno de sus peores momentos, es más en esa fecha Marruecos no tenía embajador en nuestro país. ¿Qué pretende Zapatero y Moratinos con estos viajes a unos países de regímenes totalitarios?  ¿Qué pretende Zapatero, como hizo en España, reuniéndose con Pablo Iglesias a espaldas del partido?  ¿Qué pretende Zapatero en unos momentos donde parece que se abren fronteras entre Cuba, EEUU y la UE? No cabe duda que lo que ha hecho esta semana Zapatero y Moratinos es una incalificable traición, no solo a la Nación sino también a todos los cubanos que padecen el yugo del comunismo desde hace más de medio siglo.

García MOLINA

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