lunes, 4 de julio de 2016

Comentario editorial del 03-07-16

COMENTARIO EDITORIAL DEL 03-07-16

La semana: comenzaba con la resaca de las elecciones, donde una vez más volvieron a fallar las encuestas, incluso las encuestas realizadas a pie de urna, a las ocho de la tarde cuando se cerraban los colegios electorales, todos los medios de comunicación nos adelantaron unos datos de los sondeos a pie de urna, que en nada se parecían a lo que fue la realidad cuando a las nueve de la noche ya había los primeros datos, datos oficiales. Durante una hora en España se contuvo la respiración ya que esas encuestas, a priori certeras, porque como digo son hechas a pie de urna,  cuando un ciudadano sale de votar, daba unas cifras donde el populismo daba el llamado Sarpasso. Sin embargo la realidad fue todo lo  contrario, y no les voy a repetir los datos porque los sabrán más que de sobra, según avanzaba la noche y los líderes políticos aparecían ante los medios de comunicación, los había que parecían que estaban en un funeral y otros desbordaban alegría, bastaba ver los populares y Unidos Podemos. La verdad que el fracaso de Unidos Podemos del pasado domingo es un acontecimiento de extraordinaria importancia, como lo sería que una fuerza liberticida de extrema izquierda alcanzase el poder en España.

Cuando todo indicaba que los de Iglesias lograrían la hegemonía de la izquierda y, más pronto que tarde, tomar el poder, un giro inesperado evitó el famoso sorpasso y da a España una gran oportunidad para detener definitivamente el populismo.

Esa debe de ser una de las prioridades políticas de esta legislatura que se inicia: derrotar al populismo exhibiendo sus miserias, sus mentiras su inconsistencia y, sobre todo desmontando los irresponsables apoyos mediáticos que lo ceban.

Esto no solo le conviene a los partidos constitucionales, esto le conviene a España para no acabar siendo una nueva Grecia o lo que es peor, Venezuela.

Sería imperdonable que las ambiciones personales o políticas llevasen a unas terceras elecciones, de imprevisible resultado y que podrían insuflar a los extremistas aire fresco ahora que están medio asfixiados. Tanto Ciudadanos como el PSOE y, por supuesto, el PP deben tener la suficiente altura de miras para que sea posible llegar a algún tipo de pacto que no sólo permita la constitución de un Gobierno, sino que asegure un calendario de reformas a medio y largo plazo tanto  económicas como políticas que soluciones los grandes problemas de España,  que son luego manipulados con demagogia por los populistas para medrar en las urnas. Unos y otros tienen que ser conscientes de que la amenaza populista sigue ahí, y darle otra oportunidad sería un tremendo error histórico.

García MOLINA


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