lunes, 19 de diciembre de 2016

Comentario editorial

COMENTARIO EDITORIAL

La semana: pues como siempre hemos tenido de todo un poco, pero siempre rotando sobre lo mismo, lo que hace que estemos hartos de la clase política, una clase política que siempre está dispuesta a que los españoles nos acerquemos más a la pobreza. Digo esto porque esta semana el Congreso de los Diputados ha validado el techo de gasto para 2017, los objetivos de estabilidad presupuestaria y el decreto que incluye los últimos sablazos fiscales a empresas, consumidores y cotizantes, por un importe próximo a los 7.500 millones de euros.

Pero lo más preocupante de esta particular senda ya no radica siquiera en la errónea y perjudicial política fiscal por la que avanza la nueva legislatura, sino en el hecho de observar que nadie la cuestiona a nivel político ni mediático. Al PP le ha costado muy poco alcanzar un acuerdo con el PSOE sobre el techo de gasto a cambio de disparar el salario mínimo, conceder un mayor margen de gasto y déficit a las comunidades autónomas y aplicar un nuevo hachazo  fiscal a los españoles. Y  los que han cuestionado la subida tributaria, como ciudadanos o Podemos, no han puesto el acento en el gasto, sino en perseguir el fraude fiscal o elevar aún más la tributación a los ricos, los dos comodines habituales y absolutamente inútiles que sacan a pasear todos los políticos cuando les conviene.

Y puesto que nadie cuestiona el bochornoso despilfarro y la gran ineficiencia que sigue existiendo en el sector público, lo único que cabe esperar a partir de ahora es más gasto y como consecuencia muchos más impuestos, tal y como parece vislumbrar la negociación entre PP, PSOE, Ciudadanos y PNV de cara a los próximos Presupuestos Generales del Estado. Esta irresponsable miopía política y el servilismo mediático que la aplaude acabarán pasando, tarde o temprano, una elevada y muy dolorosa factura al conjunto de los españoles.

García MOLINA

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