lunes, 27 de febrero de 2017

Comentario editorial del 26-02-17

COMENTARIO EDITORIAL DEL 26-02-17

La semana: Como siempre hemos tenido de todo un poco cualquiera de las noticias que han sido portada durante la semana, serviría para hacer el editorial de hoy, pero la verdad que son noticias, algunas tan repetitivas que llegan a ser cansinas y hacer critica al respecto es sermón perdido, que la infanta no iba ir a la cárcel eso era algo que estaba cantado. Que el Urdanga, de momento, tampoco va ir a la cárcel, también estaba cantado incluso ni se le puso fianza. Que las sentencias de las tarjetas de Bankia, son más bombo y platillo es de sobra conocido, y hasta que no vea en la cárcel a los ladrones tampoco me lo voy a creer.  Que por fin un empresario catalán empiece a decir, que si hubo trama en el 3%, es también algo conocido. En fin que sería muchas las cuestiones a abordar pero hoy permítanme detenerme unos  minutos en algo que de alguna forma, me es familiar. El  Consejo de Ministros aprobó este viernes la esperada liberalización de la estiba, pero la autentica guerra del sector comienza ahora,  y es aquí donde el Gobierno va a tener que demostrar su auténtica convicción y firmeza a la hora de frenar y combatir la brutal huelga que llevará a cabo este privilegiado gremio sindical.

Algo que se estaba viendo venir, se llevan más de cinco años de retraso, ya que desde 2011 las autoridades comunitarias están alertando a España de que el actual monopolio de la estiba es contrario a la legislación europea, pero primero el PSOE y después el PP se negaron a aprobar las medidas necesarias para corregir dicha situación por miedo, precisamente, a las represalias de los estibadores. Desde 2014 la UE sentenció que España tenía que modificar el sistema vigente si no quería verse sometido a multas cuantiosas que tendríamos que pagar todos los españoles. Porque además,  la estiba es el único sector que no respeta la regla fundamental de la libre contratación, constituyendo así un retrógrado y caduco monopolio sindical, donde abunda el enchufismo y el cobro de sueldos irreales, a costa de otros posibles trabajadores y la competitividad de los puertos.

Dadas las numerosas y prolongadas prebendas que ha disfrutado este gremio, que además ahora  poco o nada tienen que perder, el sindicato amenaza con paralizar los puertos mediante una oleada de huelgas, convocadas y encubiertas, cuyo éxito podría poner en serios aprietos el tránsito de mercancías a lo largo y ancho del país, con todo lo que ello supone. Conviene recordar, que la mayoría de las exportaciones e importaciones se realiza por vía marítima.

Por lo tanto no se trata de una huelga al uso, sino un chantaje en toda regla al conjunto del país ya que los estibadores son conscientes de su enorme capacidad para paralizar buena parte de los suministros que entran y salen de los puertos. El Gobierno, y el resto de partidos, que los que están en la oposición ya empiezan con la demagogia, aun sabiendo las consecuencias,  no pueden sucumbir a semejante afrenta, cuyo objetivo no es otro que emplear como rehenes a las familias y empresas españolas para mantener unos privilegios laborales que, además de injustos, son contrarios a la normativa comunitaria y la libre competencia.

García MOLINA


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