Comentario editorial del 21-10-12

COMENTARIO DEL 21-10-12
La semana: Pues la verdad que esta ha sido prolifera en noticias, además de todo tipo, hemos tenido una huelga en la educación donde padres y alumnos  fueron de la mano, en protesta por el sistema educativo que el Ministro de Educación quiere implantar y la verdad yo creo que deberían de ir a la huelga hace ya un buen montón de años, pues según los informes de PISA España es el país de la U.E. con más fracaso escolar, eso sin contar que nuestras universidades se encuentran en el número 200 del ranking internacional, la verdad que cuando muchos profesores universitarios tienen faltas de ortografía ya me dirán a mí que gramática pueden enseñar. Pero lo más denigrante de la huelga de la educación fueron los hechos acaecidos en el Colegio de los Salesianos de Mérida donde un grupo de la ultra-izquierda encabezado por el secretario de las juventudes comunistas de Badajoz, como publicó el diario "el Mundo" al grito de hay que quemar a los curas,  interrumpieron las clases izando las banderas de la segunda república  y la  efigie de Lenin. La verdad que si esto lo hiciesen en un país donde hubiese ese régimen político todos estos soplagaitas pasarían a mejor vida. Aquí en este país nos dicen que van abrir una investigación, algunos de ellos ya fueron identificados y el juez ya les tomó declaración  y yo me pregunto ¿para qué? Si los van a dejar en libertad sin cargos. Con las actuaciones de algunos jueces, la calle seguirá en manos de los violentos porque saben que quedaran en libertad. Los que intentaron asaltar el Congreso ¿cuántos están penalizados o en la cárcel? ¿Dónde están los que se detienen en las manifestaciones ilegales? ¿Dónde están los asaltantes a supermercados y bancos? Claro que es lo que sucede, que si el Gobierno intenta poner prohibiciones para evitar tanto despropósito se les llama franquistas, fachas y dictadores, que tengo mis dudas que sepan lo que significan estas expresiones. Claro como aquí vale todo pues todo el mundo a la calle rompiendo, asaltando todo lo que aparezca al alcance y así sucesivamente. A toda esta gentuza hay que darles un escarmiento, digan lo que digan los babosos de sus padres.
Será el 14 de Noviembre, los sindicatos vuelven a convocar una huelga general, según parece contra los recortes del Gobierno, unos recortes que a nadie nos gustan, a mí el primero, pero es la herencia del despilfarro de un Gobierno socialista que entre estos despilfarros estaba el cebar a los sindicatos para que no hiciesen ninguna movilización. A los sindicatos les importa un bledo los puestos de trabajo. A los sindicatos les importa un bledo los trabajadores. A los sindicatos les importa un bledo el bienestar de los ciudadanos. Los sindicatos, sus líderes y liberados lo que les importa es seguir viviendo como pachas, sin dar palo al agua imponiendo sus propias dictaduras. No hace un año que tanto CCOO como UGT se presentaron a las elecciones apoyando a sus respectivos partidos. Perdieron. Desde entonces no dejaron de movilizarse buscando en la calle lo que les negaron las urnas. Esa es la democracia de los sindicatos.
Por otro lado esta semana se continuó hablando del nacionalismo catalán y además mucho, lo más denigrante fueron las declaraciones del Príncipe de Asturias cuando dijo que: "Cataluña no es un problema para España" estas declaraciones se hicieron de forma paralela a celebrarse en Cataluña un homenaje el que fuera presidente de la Generalitat Companys en el 72 aniversario de su fusilamiento y que el nacionalismo catalán pone como ejemplo. Ese ya es de por sí un  problema el homenajear a un personaje tan miserable como Lluis Companys y convertirlo en punto de referencia del nacionalismo catalán. Companys fue un defensor de terroristas durante buena parte de su carrera. Companys, convertido en presidente de la Generalitat de Cataluña fue un golpista que se alzó contra el gobierno legítimo de la República en octubre de 1.934.  Companys fue capaz de reírse porque la represión del frente popular no había dejado un cura vivo en Cataluña y Companys fue un Presidente responsable directo de que durante la guerra civil se fusilase más gente en Cataluña que durante toda la dictadura de Franco. Muy mal tiene que estar aconsejado el Príncipe para decir que Cataluña no es un problema y para colocarse en una equidistancia moral de unos y otros, como si pudieran ser iguales los que insultan a España que los que ven como se desgarra. Parece ser que el Príncipe no recuerda los que gritan "muera el Borbón" y queman retratos suyos y de su padre o si lo recuerda, puede pensar que esa conducta es tan digna y noble como los que respetan el orden constitucional y quieren la unidad de España. Pero quizás la corona ha llegado a pensar, por el hecho de emparentar una infanta con un nacionalista Vasco y mandarla vivir a Cataluña, que las tensiones con los nacionalistas se rebajarían igual que si viviéramos en la Edad Media. Quizás la Corona ha llegado a pensar que los territorios de la Corona no tienen por qué regirse por normas iguales, sino que pueden contar con privilegios especiales como si estuviésemos en la Edad Media. Quizás la Corona ha llegado a pensar que mantener y ampliar los privilegios de Cataluña a costa del resto de España, evitaría tensiones para el trono, no solo como si viviésemos en la Edad Media si no que Cataluña se aprovecho de otras regiones españolas. Pues bien si la Corona piensa cualquiera de estas cosas, se ha equivocado y además ha colocado en una grave situación no solo el orden constitucional sino su propia continuidad. El silencio de la Corona frente al estatuto de Cataluña, el hablando se entiende la gente y ahora Cataluña no es un problema igualando a unos y a otros no ayuda a resolver una grave situación cuya solución requiere una especial gallardía precisamente cuando los obispos católicos, igual que hicieron en Eslovenia y en Croacia ya han disparado el pistoletazo de salida para la independencia y el desmembramiento de una nación. Esperemos que el heredero de la corona rectifique, porque de no ser así, igual no llega a sentarse en el trono y muchos españoles no lo sentirán lo más mínimo.
García MOLINA