COMENTARIO EDITORIAL DEL 24-04-13
La semana: Pues como siempre hemos tenido de todo un poco, aunque unas cuestiones fueron más noticia que otras. En lo económico España sigue estando amenazada por Bruselas y el gobierno nos dice que para cumplir las exigencias de la U.E. no va subir los impuestos, la verdad que si lo dice el Ministro Montoro no me creo nada. Nuestro Gobierno sigue empeñado en no hacer los recortes donde los tiene que hacer que no es en otro sitio que en el disparatado gasto público empezando por los nacionalismos y terminando por las CCAA que son el cáncer de este país.
Por otro lado esta semana también se habló de la resolución del Alto Tribunal que obliga a Cataluña a impartir las clases en español aunque solo sea un padre el que lo solicite. Es bien triste que un idioma que lo hablan más de quinientos millones de ciudadanos en el mundo, no se pueda enseñar a los niños en su país de origen por culpa de unos nacionalistas que solo les sirve la cabeza para llevar la chapela y la barretina.
Esta semana hemos tenido la noticia de la muerte de Margaret Thatcher, la que fue primer ministra Inglesa. La denominada dama de hierro, apodo puesto por un periodista Ruso, debido principalmente por su oposición al comunismo, ha tenido los momentos álgidos de su mandato en la lucha contra los mineros ingleses, que ganó, en la guerra de Las Malvinas, que ganó y sobre todo en una reducción de los impuestos para que el país saliese de ese pozo en el que se encontraba cuando ella cogió los mandos de la nave. Algo parecido intentó hacer Aznar en España. Desde luego Mariano Rajoy con su política económica, diferente a la de Thatcher y Aznar hace imposible que este país sea próspero.
Por otro lado esta semana volvió salir a la calle la plataforma denominada "anti desahucios" o lo que es lo mismo los escraches que intentaban en unas cuarenta ciudades de España cercar las sedes del PP. Aunque el seguimiento fue mínimo. Más allá de dejar de manifiesto su nulo respecto por la legalidad, su desprecio por el ordenamiento jurídico y su abierta entrega a la coacción como arma política, la plataforma cosechó en toda España un fracaso sin precedentes a la hora de tener el respaldo de los ciudadanos. En contra de lo que llevan voceando sus miembros durante semanas con el apoyo de algunos medios de comunicación, volvió a quedar negro sobre blanco que los miembros de la plataforma no son el pueblo, como voceaba hace unos días una de las componente en una actuación de los escraches. Ni mucho menos posen una mínima representatividad, en realidad se dedican a ser los residuos de una izquierda, apesebrada, rancia y sectaria que viven del dinero que sale del bolsillo de todos los españoles y que solo quieren ser portavoces de gentes que nada tiene que ver con ellos. Su desorden callejero que tanto recuerda a la Kaleborroka, porque es lo mismo, no pasa de ser la manifestación de un proceso de deterioro político que comenzó con el abandono de las virtudes cívicas, que siguió con la complacencia ante hechos condenables como el cerco de las sedes del PP tras el 11 M y la conveniencia como criterio de acción, sin embargo la solución a esta especie de kaleborroca que ahora se denomina escrache es bien sencilla. Si se procede de una vez por todas a cortar de raíz la subvención de estas gentes y aplicar la ley a los que se entregan a la coacción como arma política, el resultado será, no solo como el fracaso de la última convocatoria, sino su desaparición en las calles y el final de la violencia canallesca que ejercen sobre personas que a diferencia de ellos sí han sido elegido por los ciudadanos de manera legal y democrática. Lo que están haciendo los escraches en este país, es lo que se denomina el principio del desorden, una circunstancia que una sociedad amante de la libertad, de la justicia y del derecho no puede tolerar bajo ningún concepto.
García MOLINA
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