domingo, 10 de enero de 2016

Comentario editorial del 10-01-16

COMENTARIO EDITORIAL DEL 10-01-16

La semana: que quieren que les diga que ustedes no sepan, terminaron las navidades, los reyes está definido como el fin de las fiestas, aunque realmente la navidad termina hoy con el bautismo de Jesús  y comienza la cuesta de Enero y con ellas las rebaja, dicen desde el sector del comercio que parece que la cosa esta mejor que años anteriores.

Y esta semana, de la cabalgata hablaremos después, hemos recibido una noticia del exterior que, a los que somos normales, o al menos así me considero, te ponen de muy mal norte. La noticia nos viene de Alemania de esa oleada de agresiones a mujeres en la ciudad de Colonia, principalmente, aunque también existieron en otras ciudades alemanas durante el fin de año. El escándalo y el enfado contra el gobierno aumenta cada día al saberse la magnitud de las agresiones, la inoperancia policial y tras comprobar que tanto las autoridades como los medios de comunicación tardaron días en reconocer los hechos, supuestamente por miedo a alimentar una reacción racista en la sociedad alemana. Ahora, la caja de los truenos se ha destapado y es previsible que el asunto afecte tanto a la popularidad de los distintos partidos, como a la política de asilo que Merkel trataba de impulsar. Pero no se preocupen, para los que hicieron las agresiones habrá expresiones, como pobrecillos, no querían hacerlo, la sociedad es la culpable y así sucesivamente, y habrá una gran mayoría, entre ellos los políticos, que   las culpables serán las mujeres.

Por otro lado en España seguimos con un gobierno en funciones y sin muchas trazas de que lo haya. Los resultados de las elecciones generales del pasado diciembre han dibujado un complejo panorama político que obliga a la búsqueda de acuerdos entre PP, PSOE y Ciudadanos con el fin de conformar un gobierno estable y, sobre todo, mínimamente razonable, alejado, de extremismos rupturistas y bolivarianos. De no haber una estabilidad resulta difícil de cuantificar lo perjudicial que resultaría para España con inversiones paralizadas o, directamente, suspendidas, tal y como ya empiezan a reflejar ciertos indicadores. La llegada de las "fuerzas del cambio" a importantes ayuntamientos y autonomías en los comicios municipales y regionales del pasado mayo ya se tradujo en la paralización de cuantiosos proyectos urbanísticos y empresariales, además de nuevas subidas fiscales y un ambiente de inseguridad jurídica que en nada contribuyen a la generación de riqueza y empleo. Si a ello se suma ahora la parálisis política que sufre el país, la situación coge tal magnitud que en ningún momento se puede prolongar en el tiempo. Si a esto le sumamos la deriva que hoy toma el gobierno de Cataluña, para que contarles.

García MOLINA

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