lunes, 18 de abril de 2016

Comentario editorial del 17-04-16

COMENTARIO EDITORIAL DEL 17-04-16

La semana: la verdad que hemos tenido de todo y más, menuda mina hay ahí en Panamá hacia donde los adinerados españoles llegan el dinero, creando empresas tapadera y así librarse del fisco, mucho apretarse el cinturón a los ciudadanos pero ellos sin excepción, buscan cualquier fórmula para no declarar y por lo tanto para robar, dice hoy José Mª García en el periódico digital El Español, que tenemos un Ministro de Hacienda que se cree un genio pero los que no pagan siguen sin pagar. Vergonzoso.

Por otra parte esta semana, concretamente el pasado jueves y como viene siendo habitual  en los últimos años, la izquierda más radical ha decidió reivindicar una vez más la II República. Cualquier observador imparcial de la Historia puede llegar a la conclusión  que esa experiencia republicana fue traumática para España y para los españoles, y un buen ejemplo de ello fue la  inestabilidad, la violencia política, unos muy escasos logros en la mayor parte de los campos y, sobre todo, el monstruoso fracaso de su degeneración en la Guerra Civil, a la que siguieron cuarenta años de dictadura. Es más, ni siquiera se puede reivindicar aquel periodo como una experiencia democrática, porque la triste realidad es que los demócratas fueron una minoría que finalmente fueron arrasados.  Por otro lado, resulta ridículo pretender que un cambio de régimen que sustituyese al Rey por un presidente fuese a solucionar los problemas que de verdad preocupan a los españoles. El mundo está lleno de ejemplos de repúblicas que funcionan, como Estados Unidos o Alemania, y de monarquías que también funcionan, como las escandinavas, tan del gusto de la socialdemocracia. Está claro que la clave de la prosperidad y de la calidad institucional no está ahí, sino que está en la libertad, en la fortaleza de las instituciones y de la sociedad civil. Por lo tanto podemos preguntarnos ¿qué es lo que la izquierda conmemora cada 14 de abril? ¿En qué fue aquel régimen mejor que el actual y por qué habría que sentir nostalgia? Mientras que el régimen de 1978 se construyó sobre la reconciliación y la inclusión, la II República enseguida reveló su vocación excluyente y como sabemos, acabó degenerando en una espantosa matanza. Sin lugar a dudas con estas actitudes los que enarbolan esa bandera están reivindicando el fanatismo, el sectarismo, la exclusión; hacia  unos españoles que se sienten acorralados mientras otros llevan adelante proyectos totalitarios. Pero por suerte la inmensa mayoría de los españoles de tendencias políticas de muy variado color, no camparte esa guerra-civilismo infecta que lo abanderan como reivindicación progresista de un régimen. Evidentemente eso no quiere decir, que lo denunciemos y se desprecien  a quienes andan jugando con el fuego del revanchismo.

García MOLINA

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