Comentario editorial del 01-05-16

 

COMENTARIO EDITORIAL DEL 01-05-16

La semana: pues ya está prácticamente todo dicho, salvo un acuerdo de última hora, que resulta imposible el 26 de Junio volveremos a votar.  Está claro que  la repetición de elecciones generales son debidas a la imposibilidad de acuerdo que en los últimos meses has demostrado las principales fuerzas políticas originando un debate, que si bien puede resultar oportuno, ejemplifica, una vez más, la profunda hipocresía o lo que es aún más grave, la miopía que impera entre los representantes de la soberanía nacional. Tras años de despilfarro público, déficits desorbitados y aumentos históricos de la deuda para mantener a flote una estructura estatal desproporcionada e ineficiente, todos los partidos, desde PP y Ciudadanos hasta PSOE y Podemos, se han enzarzado en una intensa discusión acerca de la necesidad de reducir el gasto electoral, ¿y por qué hacen esto? Porque así están tratando de reflejar una imagen de austeridad que, en realidad, brilla por su ausencia, que vergüenza, que manera de justificar el despilfarro público, poniendo como escusa  lo que van a gastar en unas nuevas elecciones.

Pero si esto es vergonzoso creo que lo es aún más la concesión esta semana de la medalla al mérito del trabajo a los líderes de la UGT y CCOO Cándido Méndez y José María Fidalgo.  El motivo esgrimido por el gobierno para justificar su galardón ha sido la dedicación de ambos personajes a la gestión sindical en la búsqueda del dialogo social. Que manda un par de ellos. Sin lugar a dudas esto es el broche de oro de la legislatura de Mariano Rajoy, que por mucho que nos ofrezcan buenos datos económicos, que en la realidad no son tan buenos y los datos están ahí empezando por el paro,  es decir, al volcarse totalmente en la economía, dejo aun lado asuntos de gran calado como la derogación de la Memoria Histórica Republicana, ha permitido que los independentistas se pasasen la Constitución por al arco de triunfo, ha soltado etarras, ha concedió medios de comunicación a la izquierda, hundiendo a los afines y tiene imputado una buena tropa de dirigentes de su propio partido. Bueno pues ahora no se le ocurre otra cosa que dar una medalla al mérito del trabajo a alguien que en su vida dio un palo al agua, por lo tanto  no se asusten si la próxima medalla de oro al mérito del trabajo, sea para Paquirrin, para el pequeño Nicolás  o para cualquiera de los que están en los programas basura de la televisión en España.

García MOLINA