Comentario editorial del 22-01-17

COMENTARIO EDITORIAL DEL 22-01-17

La semana: pues aparte del temporal de nieve, que de forma especial se cebó con Castilla–La Mancha y la Comunidad Valenciana, otras noticias acapararon la atención en los medios de comunicación y cualquiera de ellas podría servir para hacer un editorial. Ahí está la investidura, el pasado viernes de Donald Trump, ahí está las clausulas suelo donde muchos ciudadanos van a recuperar algo de dinero, que para eso tendrá que ser peleándose con la banca, una banca insaciable que hizo auténticos atracos a los ciudadanos. Podíamos hablar del Comité Federal del PSOE, de Pachi López, de Pedro Sánchez y Susana Díez, un PSOE  que no acaba de componerse.

En fin que podría ser varias las noticias para enfocar esta mañana de domingo. Pero permítanme que hoy hable de la  subida del precio de la luz, que esto parece no tener límite, dicen que la Fiscalía de lo Civil del Tribunal Supremo abrió una investigación el pasado viernes sobre ¿Por qué sube la factura  de la luz? Que será una investigación que no llevará a ninguna parte, desde el gobierno siempre van a tener un as para matar el tres, ahora nos dicen que hace mucho frio, que no llueve y que no hay viento, ¿Qué pasa cuando llueve? ¿Qué pasa cuando hace viento? En invierno porque hace frio y en verano porque hace calor siempre buscan el apaño para sacarnos más y más los cuartos. Vergonzoso.

 Pero si esto es vergonzoso lo es mucho más la formación de Pablo Iglesias que como es habitual en él y sin ningún tipo  escrúpulos volvió hablarnos de la denominada  pobreza energética, es decir, la dificultad que tienen  numerosas familias españolas para pagar el recibo de la luz, es utilizada por Podemos con grandes dosis de demagogia para pedir, directamente, la nacionalización de las compañías eléctricas.  Pero los de Podemos, que presumen de todo pero también carecen de todo y como la ignorancia es muy atrevida olvida que fue precisamente una decisión política, y no una demanda del mercado, lo que convirtió a España a partir del año 2000 en el país con la energía más cara de su entorno. La apuesta del anterior Gobierno socialista por las energías renovables encareció brutalmente la electricidad, y tan sólo otra nueva intervención estatal, por la que se rebajó artificialmente la tarifa eléctrica, impidió que el precio se disparase a precios astronómicos. El déficit acumulado de tarifa, la defensa de un mix energético ineficiente y las prohibiciones estatales al establecimiento de otras fuentes de energía más económicas, como la nuclear, están detrás de esta escalada de precios que los populistas bolivarianos tratan de utilizar en su propio beneficio.

Desde mi modesto entender la solución está en hacer lo contrario que pregona la izquierda liberticida. En este caso concreto, no se necesita una renacionalización de las eléctricas, sino una auténtica liberalización que obligue a aquéllas competir en un mercado libre de injerencias políticas. La pobreza energética se combate con más libre mercado. Solo así podremos los españoles elegir entre distintas opciones a precios competitivos y, sin duda, mucho más asequibles que los actuales.

García MOLINA