lunes, 30 de enero de 2017

Comentario editorial del 29-01-17

COMENTARIO EDITORIAL DEL 29-01-17

La semana: como siempre se habló de diferentes cuestiones en los medios de comunicación, las imágenes que hemos visto, aparte de que todavía sigue nevando en mucho lugares de España, ha sido esa paliza a una joven en Murcia, por llevar en la muñeca una pulsera con los colores de la bandera de España. Un grupo de cafres, de la ultraizquierda,  entre los que se encontraba un candidato  de IU que figuró en las listas electorales de esta coalición en las pasadas elecciones al ayuntamiento de Murcia, y que está  entre los detenidos. Lo más sorprendente es que todas estas coaliciones, plataformas, llamadas feministas, ninguna hizo la más mínima repulsa. ¿Ustedes se imaginan que fuese de al revés? También se habló de Rafa Nadal que está jugando la final de Melburne, Nadal volvió a encontrar su tenis que tantas tardes de gloria dio al deporte español y aunque en estos momentos el resultado no es favorable, todavía queda mucho partido y Rafa siempre nos da sorpresas.

Pero también en esta España se hablo de la  profunda división interna que sufren los socialistas, la crisis de liderazgo y la sangría de votos registrada en los últimos años no son fruto de la casualidad ni de una coyuntura de carácter temporal, sino el resultado directo de una trágica cadena  de errores cometidos en los últimos años que casi llevan por delante un partido con más de cien años de historia.

El guerracivilismo y el creciente extremismo que implantó en su día Zapatero  iniciaron una deriva suicida de cuyo rumbo todavía no ha empezado a recuperarse el PSOE. El estallido de la crisis y la nefasta gestión económica que protagonizó el ex mandatario socialista otorgaron a Podemos una oportunidad históricas para reclamar la bandera de esa izquierda, la más radical, caduca y retrógrada, que durante tantos años ondeó como suya Ferraz. El odio obsesivo e irracional hacia el PP, el sentimiento revanchista mediante el constante recuerdo a los tiempos de la Guerra Civil y la dictadura, enterrando con ello el noble espíritu de la Transición, así como los numerosos ataques ideológicos vertidos contra el capitalismo y el libre mercado terminaron por radicalizar a toda una generación de jóvenes y militantes que ahora, como es lógico, le dan la espalda a los imitadores para abrazar con entusiasmo a Pablo Iglesias  y sus acólitos comunistas.

Sin embargo, no todo está perdido. La destitución de Sánchez y las nuevas directrices que ha impuesto Javier Fernández al frente de la gestora constituyen un punto de inflexión muy propicio para corregir buena parte de los errores pasados. De ahí que esa ponencia que presentaron esta semana en Ferraz, de cara al próximo Congreso no hace una sola mención a la izquierda pero reivindica en varias ocasiones el término "socialdemocracia".

Los socialistas no deben de mirar a su izquierda, sino repelerla con argumentos sólidos y convicciones firmes para frenar el auge de los radicales que tanto ansían destruirles. El referente del PSOE es otro muy distinto: que no es otro al que en  su día renunció al marxismo en España y el que tantos éxitos electorales ha cosechado en numerosos países europeos enarbolando  como bandera una socialdemocracia abierta, moderna, democrática, integradora, constructiva, moderada y racional. Solo así podrán los socialistas reconquistar al español medio.

García MOLINA


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