Comentario editorial

COMENTARIO EDITORIAL DEL 15-01-17

La semana: Pues como siempre hemos tenido de todo un poco pero dos han sido las noticias que han acaparado la atención de todos. La primera nos llega de Cataluña, de ese clan intocable que son los Puyol, que nos da la sensación de que ninguno de ellos pisará la cárcel. Quien más y quien menos opinamos, que  la familia guarda un as en la manga que compromete a las más altas estancias de la nación. Por mucho que la Fiscalía a porte pruebas de todos los robos hechos por la familia Puyol, hasta la fecha todavía no hubo un Juez que los metiese en la trena, eso sí, la Pantoja que blanqueo un millón de euros, que además no eran de ella, eran de su novio, ex alcalde de Marbella, estuvo año y medio en la cárcel, que no tuvo un permiso  para poder cantar y así ganar un dinero para pagar su fianza. ¿Somos en este país iguales ante la Ley? desde luego para los Puyol hay una Ley distinta, sino que se lo pregunten a Barcena, a Granados el de la Púnica, los de Manos Limpias, Mario Conde, y así sucesivamente. Si estos están o pasaron de puntillas por  la cárcel, porque no están los Puyol, el Urdanga y la Infanta, los de los ERES de Andalucía y largo etcétera más. Siempre recuerdo las palabras de aquel alcalde que tuvo Jerez de la Frontera, refiriéndose a la justicia.

La otra noticia estuvo relacionada con las declaraciones del ex presidente del Gobierno José Mª Aznar donde, entre otras cosas dijo que: impuestos altos, déficit y deuda, la  combinación de estos tres factores dan como resultado un círculo vicioso a nivel presupuestario y económico,  que resulta letal para cualquier país.  Por desgracia, esto ha sido obra del actual ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y su comparecencia en el Congreso el pasado jueves  para explicar los objetivos y estimaciones generales de cara al presente ejercicio presupuestario demostró, una vez más, la absoluta desidia, falsedad e irresponsabilidad con la que ha actuado el Gobierno de Mariano Rajoy en esta materia.

Toda la atención presupuestaria del PP se ha centrado en presionar a Bruselas para negociar al alza, una y otra vez, los objetivos de déficit para poder decir que cumplía, y lo peor de todo es que ni así ha logrado alcanzar los umbrales fijados. En definitiva, impuestos altos, déficit elevado y deuda desorbitada, son una fórmula que lo único que garantiza es menos crecimiento, menos empleo y ya no digamos nada si en el futuro tenemos  tensiones financieras en caso de  que surjan nuevas tormentas.

García MOLINA