domingo, 12 de mayo de 2019

Comentario editorial del 12-05-19

COMENTARIO EDITORIAL DEL 12-05-19

La semana: pues como siempre de todo un poco, ya estamos de nuevo en campaña electoral, ahora de cara a las municipales, autonómicas y europeas y por lo tanto todos los partidos políticos están intentando convencernos de que su opción es la mejor. No cabe duda de que las municipales son las más próximas al ciudadano y, salvo excepciones se suele votar más a la persona que al partido, en nuestro occidente en muchos municipios repiten los alcaldes como candidatos y en otros los que son cabeza de cartel, llegan por primera vez a la política, aunque algunos estuviesen en las listas pero sin estar al frente. Ya salieron algunas encuestas que como digo siempre la verdadera encuesta es la que da las urnas.

Lo que sí está claro es que no nos vamos a librar de pagar más impuestos, conviene recordar, que dentro del sistema tributario español, hay una serie de grandes impuestos que son conocidos por todos debido a su gran capacidad recaudatoria, como es el caso de IRPF, el Impuesto de Sociedades o el IVA, cuya competencia es estatal, pero, por desgracia, la presión fiscal a la que son sometidos los contribuyentes aumenta de forma sustancial cuando se suman los impuestos locales y autonómicos. A nivel local, la principal estructura tributaria son: el Impuesto de Bienes Inmuebles, que aunque baje el mercado inmobiliario los ayuntamientos no lo hacen, más bien lo mantienen o lo aumentan. El de Actividades Económicas. El de Construcciones, Instalaciones y Obras. El de Vehículos de Tracción Mecánica y el de Plusvalías, un impuesto  éste que grava la compraventa de casas, aun en el caso de que la venta de pérdidas al vendedor. Fíjense hasta que punto llega este atropello que el Tribunal Constitucional tumbó la posibilidad de que se cobrara en caso de que la venta comporte minusvalías. Pero los ayuntamientos han hecho oídos sordos a la espera de que el Estado les compense de algún modo, con lo que, de momento, siguen cobrando dicho tributo. No me digan a mí que esto no es un ladronicio. Pues así todo.

Esta semana también nos dejó todo un referente en la política española, Alfredo Pérez Rubalcaba fue un político de Estado, leal a la nación española y fiel a las ideas clásicas del socialismo. Pero también tuvo sin sombras de las que nadie habla. Rubalcaba se prestó a ser el portavoz del un Gobierno que encubrió los GAL y la retahíla de escándalos que precipitaron el ocaso del felipismo. Durante el mandato de Zapatero se empeñó en negar el caso Faisán, es decir, el chivatazo que evitó la caída de la red de extorsión de ETA. No dudó en usar la jornada de reflexión después del atentado del 11-M en beneficio de su partido, recuerden aquello de que "España no se merece un Gobierno que miente". Pero nadie duda de que  Rubalcaba fue hombre de Estado,  defensor de la Constitución y a tenido trifurcas con el actual Presidente del Gobierno al que no dudo en bautizar con  "Gobierno Frankesteing"  al Gobierno que se formó,  después de cómo llegó  Sánchez a la Moncloa y no es de extrañar que dijese eso, Rubalcaba fue un baluarte de la socialdemocracia clásica, lo que contrasta con el proyecto de Pedro Sánchez. La solidez de su acreditado sentido de Estado le llevó a mantener inmóviles sus posiciones de centralidad, incluida una idea de España cimentada sobre una concepción federalista ajena a ambigüedades en lo referente a la unidad territorial y la defensa del marco constitucional.

García MOLINA


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