lunes, 17 de febrero de 2020

Comentario editorial del 16-02-2020

 

COMENTARIO EDITORIAL DEL 16-02-2020

La semana: como siempre hemos tenido de todo un poco, pero hoy no me voy a ir por los derroteros de la mezquindad que se cuece en la política dado que esta semana hemos tenido dos celebraciones que considero de primera magnitud.

 

El primero de ellos es que el pasado jueves se celebró el día internacional de la radio,  y hoy no puedo dejar de hacer una referencia a esta fecha una persona como, quien les habla, tantas horas dedicó a este medio, quizás influenciado desde la más tierna infancia por aquel aparato de radio que estaba en la alacena de la cocina de mi casa. Recuerdo a mi padre, en mi niñez,  cuando me decía: "josepín calla que empieza el parte" y empecé a admirar a Matías Prat padre, a Boby de Glané, Enrique Mariñas y Marina de la Peña, siempre desde RNE en La Coruña,  a María Matilde Almendros, en de: "España para los españoles" y un largo elenco de profesionales de la época. En nuestro occidente de Asturias, captábamos las ondas de Radio Luarca, y escuchábamos con atención  aquel programa de: "discos con dedicatoria" que era especialmente emotivo cuando se celebraba una primera comunión, boda, u alguna que otra ceremonia. Pero la radio fue creciendo, con la democracia llegaron nuevas formulas, nuevos estilos de hacer radio y empecé a admirar a: Antonio Herrero, Luis del Olmo, Iñaqui Gabilondo,  José María García, Carlos Herrera, Federico Jiménez Losantos y un largo etcétera. Todo ello gracias a que a  principios de los 80 llega al occidente de Asturias la FM, y fue ésta radio, primero radio Caracola, y después RADIO SEDNA,  la primera que se puso en el dial de la FM, después llegaron COPE de Ribadeo, la Cadena Asturiana, en Luarca, hoy Onda Cero y la SER, en Navia,  hoy la FM esta emborronada de voces, algunas emisoras con marcado carácter político, pero eso sí, con esa libertad de expresión  que nos confiere el artículo 20 de nuestra Carta Magna. Y hoy hago este recuerdo, porque desde el 28 de diciembre de 1983 pertenezco a esta casa, que fue pionera de la radio en el occidente y eso nadie nos lo puede quitar, por muy mezquina que sea la política.

 

Decía al principio que esta semana habían sido dos celebraciones, pues bien la segunda, es que el pasado viernes se celebró el "Día de los enamorados". Conviene recordar que esta fecha está vinculada a la época del emperador Claudio II, allá en el siglo III este emperador quería que los soldados estuviesen solteros porque así eran más bravos en la batalla, pero había un cura que los casaba en secreto cuyo cura se llamaba Valentín, de ahí que el día de San Valentín quedase asociado al día de los enamorados.

Y es que el amor de una pareja y la compañía, y ese respaldo que derivan de él, tiene una importancia mucho mayor de la que generalmente se le otorga, la pérdida del mismo, por ejemplo, suele tener un efecto devastador sobre el ego  de la persona, efecto que se traduce en golpes sobre su cuerpo y de manera muy especial sobre su corazón. Amar y ser amado, acompañar y ser acompañado, compartir la vida con aquel al que se quiere, produce efectos más que saludables sobre el corazón, empleando la palabra tanto en un sentido literal, como figurado y espiritual. Hoy aquellas personas que tienen la fortuna de contar con una pareja a la que aman, deberían quizás de preocuparse menos de los aspectos materiales y centrarse mucho más en mostrar su amor. Y eso es porque en la medida de que nuestra vida se orienta hacia el amor. En la medida que construimos pilares de amor, cercanía y belleza, estamos fortaleciendo nuestra salud. Por el contrario, cuando esas columnas se resquebrajan, cuando aparece la separación y surge la soledad, el efecto físico puede ser letal y lo es de manera más especial entre las mujeres. Disfruten los enamorados, queriéndose y diciéndose que se quieren, compartan todo para seguir viviendo felices y saludables y recuerden aquellos que perdieron una pareja, que sufrieron una relación rota, que experimentaron la terrible dentellada de una separación que nunca, nunca, nunca es demasiado tarde para volver a enamorarse y disfrutar de la vida en pareja.

 

García MOLINA


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